sábado, 29 de diciembre de 2007

30 days of night (30 dias de noche)

Hey!! aqui tienen el trailer de una de las peliculas mas realistas acerca de la trama vampirica, espero que se motiven a ir a verla, Here's the trailer!.

miércoles, 26 de diciembre de 2007

Razas de Vapiros


Aclaración: Estas son creencias particulares de cada región, lo que significa que si bien hay muchas criaturas que no se parecen a los vampiros o bien son demonios en algunas regiones eran considerados vampiros.
Aquí hay algunas "razas" de vampiros:

Asanbosam:Asanbosam es un vampiro Africano. Son vampiros normales sólo que ellos tienen ganchos en lugar de pies. Mordiendo a sus víctimas en el dedo pulgar.

Adze: Un espíritu del vampiro que mora en las tribus de hechiceros, de la gente que habita parte del sudeste de Ghana y del Togo meridional en África. La Adze vuela en forma de luciérnaga pero, si está cautiva, cambia y se convierte en un ser humano. Bebe sangre, el aceite de palma y el agua de coco y sus presas son niños, especialmente los que son hermosos.

Algul: Un vampiro árabe. La forma de este vampiro es tradicional un demonio femenino que se da festines con bebés muertos.

Alp: Este vampiro alemán es asociado con el boogeyman y el incubus, normalmente ronda por las noches y en los sueños de las mujeres. Las manifestaciones físicas de esta criatura pueden ser muy peligrosas. Siempre relacionados con las pesadillas, el Alp es masculino, algunas veces se transforma en el espíritu de un pariente recientemente difunto. Los niños pueden convertirse en Alp cuando una madre utiliza el "collar de caballo" para facilitar el parto. Durante la edad media el Alp aparece en forma de gato, de cerdo, de pájaro u otro animal, incluyendo un perro del demonio de lechorus en Colonia, así conecta el hombre lobo dentro de esta leyenda. En todas sus manifestaciones el Alp se conoce por el uso de un sombrero. El espíritu puede volar como un pájaro, puede montar como un caballo y se le acredita con cierta actitud galante. El Alp bebe la sangre de los pezones de los hombres y de los niños pero prefiere la leche de las mujeres. Porque es de esta forma que el Alp toma control de los sueños.

Aswang: Un vampiro de las Filipinas, se cree que de día es una hermosa mujer y por la noche demonio alado. El Aswang puede vivir una vida normal durante el día. Pero en la noche es conducida por pájaros a las casas de sus víctimas. Su alimento es siempre sangre, y prefiere alimentarse de niños. Esta criatura se reconoce por su forma al terminar de alimentarse, ella parece hinchada casi embarazada. Si el Aswang lame la sombra de las personas se cree que esta persona morirá pronto.

Baital: Baital es el vampiro indio, su forma natural es mitad hombre, mitad murciélago, mide medio metro.

Bajang: Un vampiro de Malayo, se asume que es hombre, aparece como un gato y normalmente como niños amenazadores. El Bajang se puede esclavizar y se obsequia de una generación. Se mantiene en un tabong (recipiente de bambú) el cuál es protegido por varios encantos. Mientras que él está encarcelado se alimenta con huevos y se tornara en su contra si no se le proporciona bastante alimento. El amo de este demonio puede enviarlo a infligir daño a sus enemigos, el enemigo generalmente muere tiempo después de una enfermedad misteriosa. Según tradiciones el Bajang vino del cuerpo de un niño recién nacido, y puesto fuera de él por varios encantos

Baobhan-sith: Este vampiro Escocés normalmente se disfraza como una hermosa virgen así engañando a sus víctimas y allí mismo dándoles muertes. Baobhan-sith aparece vestido en verde.

Bhuta: Vampiro de la India, normalmente es creado por la muerte violenta de un individuo. El Bhuta se encuentra en los cementerios o en lugares solitarios y oscuros, comiendo excremento o intestinos.

Brahmaparush: Un vampiro de la India que goza el consumir seres humanos. Esta criatura bebe la sangre de sus víctimas a través de su cráneo, luego come el cerebro y finalmente procede a envolver con intestinos el cuerpo de sus víctimas y realiza una danza ritual.

Bruxa: Un vampiro femenino de Portugal. El Bruxa es transformado en su forma vampírica por medio de la brujería. Ella sale de su hogar en la noche en forma de pájaro y su actividad más frecuente es atormentar viajeros perdidos y cansados. Dicen que generalmente aparece como una hermosa mujer y lleva una vida normal en el día, usando a los niños como su alimento predilecto.

Ch'tang Shih: En China hay criaturas como Vampiros llamados Ch'Iang Shih, se crean por tener un gato que salto por encima de el cadáver de una persona . Aparecen pálidos y matarían con su respiración venenosa, en suma de agotar la sangre. Si un Ch'Iang Shih encuentra un montón de arroz, debe contar los granos antes de poder pasar. Su forma material es una esfera de luz.

Cordewa: Una bruja encontrada entre los Oraons, con la capacidad de convertir su alma en un "gato vampiro". Se dice que si el gato lame los labios de una persona, esta muere al poco tiempo.

Churel: Un vampiro parecido a un fantasma el cual se encuentra en la India, normalmente tiene forma de mujer que la cual a muerto embarazada durante el festival de Dewali. Ella odia la vida con un rencor incomparable el cual vuelve en contra de sus familiares. Se dice que El Churel tiene una apariencia un tanto vil, posee pechos que le cuelgan, labios feos y gruesos, una lengua negra y pelo descuidado.

Civatateo: Esta bruja-vampiro se encontraba junto a los Aztecas. Dicho ser es sirviente de varias deidades lunares, se asume que es una noble mujer quien a muerto al dar a luz. Los niños son su alimento favorito, muriendo de una enfermedad poco después del ataque. Estos vampiros aparecen con las caras
blancas, las manos cubiertas con tiza blanca, y los huesos dibujados en su
ropa.

Danag: Este Vampiro filipino es una de las especies más antiguas, responsable por plantar el "taro" a lo largo de las islas. El Danag trabajó con los seres humanos por muchos años pero la sociedad terminó cuando un día una mujer le cortó un dedo a un Danag, él secciono su herida, viendo el placer que le produjo el sabor a sangre él dreno completamente su cuerpo.

Dearg-due: Una criatura temida de Irlanda, cuyo nombre significa " Red Blood Sucker. " Este vampiro data de la época céltica, y aun se le teme. La única manera de contener sus depredaciones es apilar piedras sobre cualquier sepulcro sospechado y así contener tal bestia. El cuento más famoso del Dearg-due es la historia de una mujer hermosa enterrada en Waterford, en una pequeña de la iglesia cerca de un árbol. Varias veces al año ella se levantaba de su tumba, usando su apariencia para llevar a su víctima a la tumba.

Doppelsauger: Este vampiro alemán se encuentra en las regiones norte, entre los Wends (una raza de Eslava). El Doppelsauger comerá las partes carnosas del pecho y así dejara ir la esencia de la vida.

Ekiminu: Ekiminus es alcohol maligno (medio fantasma, medio vampiro) no es causado por su propia muerte. Son naturalmente invisibles y son capases de poseer humanos. Se pueden destruir usando armas de madera o por exorcismo.

Empusas: Una criatura vampiro de la mitología griega, se dice que generalmente esta a la orden de la diosa Hecate. Es descrita como un demonio que de cuando en cuando toma forma humana. La mayoría de las veces se parece a una mujer de Fenicia.

Eretica: El vampiro ruso, es típico que este vampiro sea un hereje que ha vuelto de la muerte. Se dice que era una mujer la cual vendió su alma en vida y después vuelve en la forma de una vieja mujer. En el anochecer el grupo de Ereticy se encuentran en un barranco y realizan una forma de sabbat. Dicho ser, es activo solamente en el otoño, era creencia que con solo mirar a los ojos de esta criatura se obtiene la muerte

Estrie: Este espíritu hebreo, siempre con forma femenina y vive entre humanidad para satisfacer su necesidad de sangre. Su presa favorita son los niños, pero cuando la necesidad de comida se hace imperiosa ninguna criatura esta a salvo.

Gayal: Este vampiro de India surge por la mala practica de los rituales de entierro. Cuando el Gayal vuelve toma venganza sobre sus hijos u otro familiar cercano.

Impundulu: Este vampiro es sirviente de una bruja y se encuentra en la región este de África. Es pasado de madre a hija y sé utilizada generalmente para infligir el sufrimiento de los enemigos. Se dice que tiene un apetito insaciable y hay que mantenerlo continuamente alimentado, también puede tomar la forma de un hombre hermoso y así transformarse en amante.

Incubus: Sin duda una de las formas más famosas de vampiros, la forma masculina del Succubus, el Imcubus usado para visitar a mujeres en la noche, y hacerse su amante y atormentar sus sueños. Él posee todas las características del vampiro, cada noche visitas a sus víctimas, para así poder drenar la vida y a la fuerza de sus cuerpos con el deseo sexual extremo. Vampiros semejantes se han encontrado en comunidades gitanas y Eslavas.

Jararacas: Vampiro brasileño, se cree que aparece en forma de serpiente, se alimenta del pecho de una mujer.

Jigarkhwar: Una bruja vampiro la cual se encuentra en cierta región de India. Ella se alimenta extrayendo el hígado de las personas con mirada fija y varios encantamientos. El hígado después se cocina y se come, en este caso la víctima muere.

Katalkanas: El vampiro de Creta es como muchos de los originales, pero sólo puede ser matado haciéndole un tajo en la cabeza y echándole vinagre hervido.

Krvopijac: Estos son vampiros búlgaros. Se parecen a los vampiros normales, pero tienen un solo orificio nasal y una lengua puntiaguda. Se pueden inmovilizar poniendo rosas alrededor de sus tumbas. Puede ser destruido por un mago, que lo debe poner en una botella y tirarlo a una hoguera.

Kasha: Este vampiro japonés se alimenta de cadáveres en sepulcros o bien los devora antes de la cremación.

Kozlak: De este vampiro de Dalamtian poco se sabe. También es frecuente entre la creencia Croata.

Kuang-shi: Vampiro chino, causado por la posesión demoniaca de un cadáver recientemente difunto. Este vampiro tiene una apariencia aterrorizante, a medida que se va haciendo mas viejo también gana habilidades, se rumorea que tiene la capacidad de volar.

Lamia: Se supo de Lamias en la Roma antigua y Grecia. Son vampiros hembras, que a menudo aparecían mitad humano, mitad animal (a menudo la parte baja era una serpiente). Comen la carne de sus víctimas disfrutándolo tanto como cuando beben sangre. Se puede matar a un Lamia usando armas normales.

Langsuir: Vampiro malayo con la forma de una mujer hermosa. Se dice que posee uñas extremadamente largas, viste trajes verdes y tiene pelo negro que llega a sus tobillos. Ella se alimenta con la sangre de los niños.

Leanhaum-shee: Este es un misterio del folclore irlandés, realmente no es un vampiro pero su comportamiento si lo es. Ella utiliza su belleza increíble para engañar a los hombres a usando sus hechizos los pone bajo su encanto. La víctima es apartada y lentamente drenada de toda fuerza vital.

Lobishomen: Este es un vampiro portugués y brasileño, cuyas víctimas son principalmente mujeres. Este vampiro no mata realmente a sus víctimas solo toma pequeñas dosis de sangre. Después de su ataque las mujeres presentan tendencias ninfomaníacas.

Loogaroo: Vampiro del Oeste de India cada noche se dirige al "árbol del diablo" y una vez allí se quita la piel. El acecha a sus víctimas volando en forma de Bola Sulfurosa (sulfurous ball)

Lugat: Se dice que este vampiro albanés es razonablemente inofensivo, solo toma poca sangre de sus víctimas, no llegando a causarles mayores daños.

Mara: Vampiro Eslavo, también se encuentra en las leyendas de la gente de Kashube en Canadá. Se cree que es el espíritu de una mujer sin bautizar, la consideran un terrible visitante nocturno que oprime a sus víctimas. En la leyenda Eslava una vez que el Mara bebe la sangre de una persona ella se transforma en su amante y volverá a visitarlo hasta causarle la muerte. También se cree que le apetece la sangre de los niños.

Masan: Vampiro de la India es generalmente el fantasma de un niño, que se deleita en atormentar y matar a otros niños.

Masani: Vampiro femenino de la India, se dice que es el espíritu de la tierra de las tumbas. Su piel es de color negro y su cacería comienza en la noche generalmente por algún rezo a un difunto. Cualquier persona que pase por el sitio del entierro será atacada.

Mormo: Este vampiro de la mitología griega es sirviente de la diosa Hecate y se cree que viene del submundo.

Moroii: Un vampiro rumano en vida. Puede ser hombre o mujer, y muestra muchas de las características de un Strigoii.

Muroni: Este vampiro se encuentra en la región de Valaquia en Rumania. Se dice que tiene la capacidad de cambiar en diversas formas animales. En una de estas transformaciones el Muroni puede matar con mayor facilidad.

Nosferatu: Nosferatu es otro nombre para el vampiro original, que se llama también vampire o vampyre.

Nachzeher: Vampiro que se encuentra en Kashubes al Norte de Europa. Este vampiro tiene la capacidad de matar a sus parientes por medios psíquicos.

Nelapsi: Este vampiro eslovaco puede causar un gran daño a los seres vivientes. Se dice que el Nelapsi ha devastado aldeas enteras. También tiene la capacidad de matar con un solo vistazo.

Neuntoter: Vampiro alemán, considerado ser un gran portador de plagas.

Obayifo: Este vampiro viviente se encuentra entre la gente de Ashanti en la Costa de Oro en África. Se cree que puede ser tanto un hombre como una mujer y que por las noches deja su cuerpo humano para alimentarse. También se cree que le gustan los jóvenes y además puede causar daños en las cosechas.

Pacu Pati: Poderoso vampiro de la India. La criatura es el Señor de todos los seres que cometen travesuras. Aparece en la noche en cementerios y en lugares de ejecución.

Pelesit: Vampiro Malayo. Este vampiro invade el cuerpo de las personas, causando enfermedades y muerte. Las víctimas deliran y se encuentran bajo su posesión.

Penanggalan: Este vampiro Malayo vuela por las noches solamente con su cabeza y su cuello con sus intestinos colgando debajo. La criatura es siempre femenina y se alimenta generalmente de niños o mujeres de parto.

Pijavica: Vampiro esloveno. Es creado como consecuencia de una mala vida llevada por una persona, tal como el incesto. Se alimenta de parientes o descendientes.

Pisacha: Este vampiro de la India dista ser una criatura creada por los vicios de la humanidad. Por el contrario, el Pisacha es una deidad malvada, su pasatiempo favorito es el consumo de cadáveres frescos, también puede curar enfermedades, pero esto lo hace solo en raras ocasiones.

Polong: Vampiro de Malasia, creado embotellando pedazos de un hombre asesinado se usa para realizar ciertos rituales arcaicos, se crea un enlace entre el creador del Polong permitiendo que el se alimente un poco cada día por medio de su dedo. El Polong es asociado con el Pelesit.

Ramanga: Este vampiro viviente se encuentra en Madagascar. Es sirviente de los ancianos de la tribu, el Ramanga consumiría los recortes de las uñas y la sangre derramada de un miembro noble de la tribu.

Rakshasa: Rakshasa es el vampiro indio con superpoderes siendo también un mago. Usualmente aparecen como humanos o se parecen a un animal (garras, colmillos, ojos, etc.) o como animales con rasgos de humanos (pies, manos, nariz, etc.). El lado animal es muy a menudo un tigre. Comen a las víctimas, descarnándolas además de beberse la sangre. Se puede destruir a un Rakshasa por la ardiente luz del sol o exorcismo.

Strigoii: Este es el vampiro Rumano. Strigoiuls es como muchos de los vampiros originales, pero les gusta atacar en bandadas. Se pueden matar poniendo ajo en su boca o quitando su corazón.

Succubus: Este es un vampiro europeo. La manera de alimentarse es teniendo relaciones sexuales agotadoras con la víctima, alimentándose de la energía sexual. Ellos pueden asumir la apariencia de otras personas. A menudo visitarán a la misma víctima más de una vez. La víctima de un Succubus experimentará las visitas como sueños.

Sbenefici benefici: Un vampiro italiano, distando de ser una deidad es enemigo mortal de todos los vampiros.

Striges: Un bruja-vampiro que la cual se puede transformar en un cuervo y después beber la sangre de los seres humanos. Clasificado entre los vampiros vivos.

Talamaur: Este vampiro viviente se encuentra en Australia. Esta criatura puede comunicarse con el mundo de los espíritus, haciendo a alguno de estos espíritus su sirviente. El Talamaur puede enviar su alma para drenar la esencia vital restante de un cadáver fresco.

Tlaciques: Estas brujas Vampiros fueron encontradas entre los indios de Nahuatl en Méjico. Pueden convertirse en una bola de fuego o en un pavo, y en estas formas se pueden alimentar inadvertidamente.

Ubour: Este vampiro búlgaro es creado cuando una persona muere violentamente o el espíritu rechaza dejar el cuerpo. Estos restos permanecerán enterrados cuarenta días y entonces se levantara de la tumba. No beberá sangre hasta que se extinguen sus otras fuentes del alimento. Se dice que el Ubour puede crear cierto resplandor con su movimiento.

Upier: Vampiro polaco bastante inusual, este vampiro se levanta a mediodía y regresa a descansar a medianoche. Se cree que tiene una lengua con púas y consume cantidades excesivas de sangre. La fascinación de esta criatura por la sangre va mucho más allá que la de otros vampiros.

Upir: Este vampiro se encuentra en Ucrania, lo que se observa en esta especie es el gran consumo de pescados.

Upyr: Este vampiro ruso sé considerado como extremadamente vicioso. Primero atacará a los niños y enseguida continuará matando a los padres. Como el Upier el Upyr se levanta durante el día y duerme en la noche, y es por esta razón que su aspecto es bastante humano.

Ustrel: Este vampiro búlgaro caza exclusivamente ganado. Se cree que es el espíritu de un niño recientemente muerto el cual no se ha bautizado.

Utukku: Espíritu de un vampiro Babilónico, visto a veces como un demonio. Se cree que puede ser el espíritu de una persona recientemente difunta que ha vuelto del sepulcro por una razón desconocida.

Upierczi: Estos vampiros tienen sus orígenes en Polonia y Rusia llamados también Viesczy. Tienen un aguijón debajo de la lengua en lugar de los colmillos. Están activos del mediodía a la medianoche y pueden ser destruidos cuando su cuerpo es quemado. Cuando el cuerpo ya esta quemado estallará y aparecerán animales ( ratas, etc.). Si cualquiera de estas criaturas escapa, entonces el espíritu del Upierczi escapará y volverá para buscar venganza.

Vlokoslak: Vampiros Serbios también llamados Mulos. Normalmente aparecen como personas que llevan ropa blanca. Están activos tanto de día como por la noche pudiendo asumir forma de caballos y ovejas. Ellos comen a sus víctimas y beben su sangre. Pueden ser matados cortando un dedo del pie, o por apretar una uña en su cuello.

Varacolaci: Este vampiro rumano es considerado como uno de los más poderosos. Se dice que tiene la capacidad de causar eclipses lunares y solares. Pueden aparecer como un ser humano con la piel pálida y con la piel seca. Pueden transportarse astralmente.

Volkodlak: Esta especie se encuentra en Eslovenia, conectada de alguna forma con las leyendas de los hombres lobos.

Vourdalak: Vampiro ruso, considerado en el folklore ruso como una mujer hermosa pero malvada.

Vrykolakas: Especie de vampiro encontrado en las regiones del Adriático y del Egeo. Es creado por varios medios incluso por llevar una vida inmoral. Viaja en la obscuridad y golpea las puertas, diciendo en voz alta el nombre de algunos de los habitantes de esa casa, si se responde esa persona muere poco tiempo después. Obtiene ciertas habilidades a medida que pasa el tiempo.

Vrykolatios: Una especie de vampiro se encuentra en la isla de Santorini.

Zmeu: Esta figura vampírica se encuentra en Moldavia. Toma la forma de una llama y entra en el cuarto de una muchacha o de una viuda joven. Una vez dentro, la llama se convierte en hombre, el cual las seduce.

Transylvania "Tierra de vampiros"


La ciudad principal de Transylvania, Cluj-Napoca, se considera hoy ser el capital de la región, aunque Transylvania también fue gobernado de Iulia alba durante su vassalage al imperio del otomano, y de Sibiu, en donde el gobernador de Habsburg fue situado a partir de 1711 hasta 1848. El asiento de la dieta de Transylvanian sí mismo fue movido a Sibiu por una cierta hora en el diecinueveavo siglo.

etymology

Transylvania primero fue referido en un documento del latín medieval en 1075 como ultra silvam, significando "más allá del bosque" (ultra que significa "más allá, en el otro lado" y el caso del acusativo del significado "madera o bosque" del sylva (sylvam)). Ese nombre fue cambiado más adelante a "Transylvania" (el transporte también que significa "a través, excedente, más allá de").

El Siebenbürgen conocido alemán significa "siete fortalezas", después (alemánétnico)ciudades de Transylvanian sietedel Saxons las ' en la región (Kronstadt, Schässburg, Mediasch, Hermannstadt, Mühlbach, Bistritz y Klausenburg). El Erdély conocido húngaro se deriva del significado de Erd?-elve "más allá del bosque" en húngaro (un significado primero mencionado en su versión del latín medieval en un 12mo documento del siglo - Gesta Hungarorum).

El origen del Ardeal conocido rumano es polémico. Ardeal - como Ardeliu - primero fue referido en un documento en 1432. Puede ser un préstamo del Khazar "Ardil-tierra" ("Eretz hebreo Ardil", "?????"), primero mencionado en 960. Podría ser pedido prestado además del "Arduenna céltico" (bosque), reflejado en otros nombres tales como Arda, Ardal, Ardistan, Ardiche, Ardennes, Ardelt, Ardilla o del Sanskrit Har-Reparta. Pasado, puede ser un préstamo del Erdély conocido húngaro, al igual que el Romani Ardyalo conocido - en viejo húngaro, Erdély fue pronunciado como Erdél. La e inicial del húngaro cambia de vez en cuando a a en rumano (el cf. colgó. ¿egres "grosella espinosa" y Egyed, que se convirtieron en agri? y Adjud en rumano). Vea también otras idiomas.

historia antigua: Dacia y el imperio romano

El reino de Dacia estaba en existencia por lo menos desde el principio del 2do siglo A.C. y alcanzó su grado máximo debajo de Burebista. El área ahora que constituía Transylvania era el centro político de Dacia donde varias ciudades fortificadas importantes, entre ellos Sarmizegetusa, cerca de Hunedoara de hoy fueron construidas.

En 101-102 y 105-106, Trajan, el emperador romano, luchó una campaña militar contra el Dacians, conocido como las guerras de Dacian. Él manejó vencerlas y después de que el suicidio de las piezas de Decebalus de Dacia fuera incorporado en la provincia romana Dacia Trajana. El Romans construyó minas, las vías de acceso y las fortalezas para protegerlas. Trajeron los colonos de otras provincias romanas adentro colocar la tierra y las ciudades como Apulum (ahora Iulia alba) y Napoca (ahora Cluj-Napoca) aparecieron. El Dacians rebeló con frecuencia y debido a la presión de aumento de ellas y al Visigoths en 271, el emperador Aurelian abandonó Dacia Trajana.


lunes, 24 de diciembre de 2007

Caracteristica de los vampiros

Aunque la descripción de estas criaturas varía un poco entre autores, tienen varias características en común:

  • Fueron humanos mortales, pero ahora están en un estado no exactamente vivo pero tampoco muerto, de ahí que se les llame no-muertos.
  • Suelen ser de aspecto delgado y lánguido, con largas uñas y piel mortecina.
  • Según algunos autores, algunos vampiros no se reflejan en los espejos, ya que no poseen alma.
  • Necesitan sangre fresca para vivir.
  • Suelen tener fobia a los crucifijos y al agua bendita si son creyentes.
  • Pueden infectar a otros al morderlos, y convertirlos a su vez en vampiros. Los detalles varían.
  • Cuando les pica un mosquito o bicho, les sale varias manchas rojas; esto significa que el vampiro no toma diariamente

sangre fresca o la necesita.

  • No toleran el oro, en las mujeres,lo pueden utilizar con una base de plata.
  • Algunos, como Drácula de Stoker, necesitan dormir en tierra de suelo natal.
  • Poseen una fuerza sobrenatural.
  • No pueden tolerar los espejos.
  • Los vampiros pueden elejir su camino ; ser vampiro para toda su vida, o solo ser humano normal que sigue teninedo rasgos de vampiro, y no nesecita sangre.
  • Los vampiros actuales suelen llevar una vida normal.
  • Algunos, sin sangre, pueden sufrir de amnesia por un momento.
  • En las mujeres, los perfumes, pueden hacerlas sufrir quemaduras leves o invisibles.
  • En algunos vampiros, el sol les afecta la vista.
  • Los nuevos vampiros suelen tener los dientes delantares, no muy desarrollados como los antiguos.
  • En las madrugadas,los autovampiristas, pueden cambiar el color de sus ojos, o tambien cuando los atacan.
  • Prefieren la oscuridad, y a pocos la luz ( de ahi proveniente la leyenda de los guardianes de la noche y del dia, en Rusia; los que prefieren la oscuridad, son iluminados; pero los que prefieren la luz, son oscuros)
  • La luz del sol de medio día los debilita, y pueden sufrir ceguera contemporánea.
  • La mayoría sólo puede ser destruido por la luz del sol o al ser decapitado. Los verdaderos Nosferatu sólo pueden morir si se introduce plata bendita en su cuerpo y no hay sangre cerca de ellos en ese momento; de lo contrario, simplemente su cuerpo se destruirá sólo para reconstruirse nuevamente.
  • Si se le clava una estaca en el corazón, el vampiro no muere, sino que queda paralizado mientras tenga la estaca clavada. Según otras fuentes, si muere, pero hay que dejar la estaca clavada. Y debe ser de madera de ciertos árboles, como el roble.
  • Si se le decapita muere, en caso de que sea un vampiro de baja categoría (mordido por un vampiro no original).
  • Los verdaderos Nosferatus pueden soportar la luz del sol, aunque la odian. Los demás vampiros no soportan la luz del sol, que puede destruirlos o herirlos gravemente. Si les da la luz del sol a los vampiros de baja categoría pueden morir pero si llegan a tiempo a la sombra, pueden curar sus quemaduras pues tiene gran capacidad de regeneración.
  • Se pueden alejar con ajo pues lo odian por su olor muy fuerte. Tampoco toleran el olor a rosas.
  • Para que un vampiro no original, o de baja categoría se vuelva un verdadero nosferatu debe de beber voluntariamente la sangre de aquel que lo mordió (que en este caso debe ser un nosferatu).

El vampiro es un ser físicamente poderoso, tan fuerte como veinte hombres, de una virilidad extraordinaria y extremadamente sensual. Proyecta sombra aunque se mueven a placer y no en la acción que hace. Debido a su consumo de sangre permanece eternamente joven, y es el señor de los murciélagos, las polillas, el lobo, la rata, el zorro y el búho. Es capaz de transformarse en una nube de polvo o vapor, trepa por las paredes con la facilidad de un insecto y, al menos de un modo limitado, es capaz de controlar la furia de los elementos. En Drácula se afirma también que sólo puede entrar en un edificio si se le invita previamente -un innegable simbolismo sexual- y que tiene que dormir en un ataúd que contenga algo de su tierra natal. Le repugna la flor del ajo (una minúscula flor violeta que despide ese característico olor, no su bulbo, que no despide ningún olor hasta que se corta) y la luz del día le molesta, pero no le daña significativamente. La suposición de que la luz del sol hiere o mata a los vampiros es un mito aparecido en los últimos sesenta años.

Suele considerarse que las armas (balas, dagas, espadas, proyectiles) fabricadas en plata pura le pueden herir, pero no las más comunes de plomo o acero. Existen, por el contrario, opiniones contradictorias sobre la utilidad del fuego para destruir a un vampiro, incluso cuando el fuego procede de armas modernas de alta energía. En cuanto al crucifijo y el agua bendita, es algo que Stoker se sintió obligado a incluir en su novela dado el carácter fanáticamente religioso de la sociedad de su tiempo, pero no parece que tengan más fuerza que la de su propio simbolismo. Esto significa que si el vampiro era cristiano cuando estaba vivo, puede sentirse espantado ante tales símbolos, pero si no lo era, no servirán de gran cosa. Con los vampiros más viejos, que nacieron muchos milenios antes de la aparición del cristianismo, la cruz y el agua bendita no serían más que curiosidades históricas carentes de todo poder.

"Vampiro" Historia o ficcion?


Vampiro: "Neologismo creado a principios del siglo dieciocho, para designar a ciertos cadaveres, que supuestamente salian de sus tumbas para atormentar a los vivos y chuparles la sangre"

El poder de la sangre. La sangre, desde siempre, ha sido y es centro de nuestras vida. Ella es base de todas las religiones, desde las mas ancestrales, donde el corazon del difunto es cocinado y consumido por su ser mas amado, hasta el cristianismo, donde sangre y caliz, vino y sangre se transfiguran y ofrecen vida eterna, de ahi nuestra eterna fascinacion por los vampiros..

A partir del siglo XVII, la prensa europea se empezo a hacer eco de extraños sucesos que estaban ocurriendo en paises de la Europa Oriental.

El Mercure Galant, periodico editado en Paris , ofrece en Mayo de 1663 la siguiente noticia:

"Ustedes habran podido oir hablar ya de una cosa realmente extraordinaria que se encuentra en Polonia y sobre todo en Rusia. Se trata de cuerpos muertos que se llaman en latin Striges y en la lengua del pais Upierz y que tienen un cierto humor que las gentes y ciertas personas sabias aseguran que es sangre. Se dice que el demonio saca esta sangre del cuerpo de una persona viva o de algun ganado y que la lleva a un cuerpo muerto, porque se pretende que el demonio salke del cadaver cierto tiempo, desde mediodia a medianoche, despues de lo cual vuelve a el y le pone la sangre que ha recogido. Esta sangre se encuentra con el tiempo en tal abundancia en el cadaver, que sale por la boca por la nariz y sobre todo por las orejas del muerto"

El relato explica posteriormente como el demonio que sale del cadaver atormenta por la noche a las personas hasta que adelgazan y se van "muriendo una detras de otra". Añade asi mismo que el remedio para librarse de estos males consiste en cortar la cabeza y abrir ell corazon de estos cadaveres y comer pan hecho con su sangre (que "sale en gran cantidad"). Finalmente asegura el reportaje que tales "prodigios" son comunes en Rusia y que sacerdotes dignos de fe han presenciado esa suerte de "ejecuciones" y atestiguan la verdad de todo lo dicho"

Al año siguiente (enero de 1664) aparece nuevamente el tema en el Mercure Galant en una larga disertacion firmada por Marigner, Señor de Plessis y abogado en el parlamento de Paris... quien mantiene correspondencia con el Primer Secretario de la Reaina de Polonia:

Tras asegurar que los demonios y las almas de los condenados causan los terremotos y las temopestades, afirma que tambien las almas de los condenados al Purgatorio, "como los crueles Stryges de Rusia", pueden causar algun desorden. El autor aclara que esta suerte de espiritus vagabundios no son personas vivas, si bien conservan sus malas inclinaciones despues de la muerte. Compara el fenomeno con lo que ocurre con ciertas personas que pierden en vida el uso del sentido comun, como ocurrio con Nabuconodosor que, tras perder toda su potencia intelectiva, creia haberse convertido en buey y realizaba tadas las acciones de los animales. Seguidamente comenta sobre otras metamorfosis como la de brujos o magos que pasan a los espiritus malignos y hombres lobo y se transforman en bueyes que recibiendo ordenes del demonio causan maleficios a los hombres, al ganado y a los frutos. Por ultimo comenta el caso de un hombre mordido por un perro rabioso "cuya baba, por su veneno, habia herido la imaginacion de aquel hombre", quien se comportaba de forma parecida al perro. Y tras presentar ejemplos y comparaciones de diversa indole concluye con cierta ambiguedad que "las causas de la metamorfosis y cambios, se deben atribuir a cosas naturales o contranaturales, pero corporales y no a milagrios y efectos sobrenaturales, ni a la ciencia y poder del demonio"

En febrero de 1694, Mercure Galant vuelve de nmuevo sobre el mismo tema:

Comienza el articulo por reproducir el relato aparecido en sus mismas paginas en mayo de 1663 y por reconocer que su contenido procedia de una carta del Sr Desnoyers (primer secretario de la reina de Polonia) y que estaba avalado por rectos sacerdotes. Posteriormente asegura que no hay razon para dudar de tales hechos porque se trata de algo conocido en polonia y sobre todo en Rusia y tanto por la gente vulgar como por la gente inteligente. Comenta mas adelante los dificil que resulta creer ("si no obligase el respeto") algunas historias de las escrituras como el paso del mar rojo por Moises o la expulsion del Demonio del cuerpo de un poseido y su envio a una manada de cerdos, por obra de Jesucristo. Por ello piensan que puede entrar sin temor "en la busqueda de las principales causas de los efectos extraordinarios que los Stryges hacen en Rusia y examinar si esta enmfermedad es particular del pais, es una posesion es una obsesion del Demonio o una vejacion de algun otro espiritu sea cual sea". En el reportaje se asegura que "los medicos quieren atribuir esta suerte de sufrimientos a la melancolia exclusivamente", hecho que critican dado el escaso exito que han tenido en el tratamiento de algunos casos de posesion, en los que solo cedieron con exorcismos y remedios espirituales de la iglesia.


domingo, 23 de diciembre de 2007

La Vampiresa



Cuerpo del La noche era oscura, como su propio corazón.
Recorrió lentamente el pasillo, su cuerpo felino la llevaba con rapidez y sigilo a través de la casa. Oía ruidos, pisadas rápidas, nerviosas, descontroladas...
Supo que su víctima estaba cerca.
Sonrió relamiéndose los labios.
-No tienes porqué esconderte, te encontraré...-habló en voz alta, asegurándose de que él la oyese - Te daré una muerte rápida y dulce, no temas...
Se hizo el silencio.
Escuchó atentamente.
Las pisadas venían del piso de arriba.
La vampiresa se movió con una mirada llena de seguridad y odio.
Un tiempo atrás había sido humana. En su interior ya no quedaba nada de aquella frágil muchacha.
Ahora sólo quería sangre....
Vagó por el pasillo como lo hacía por la eternidad y subió lentamente las escaleras.
Lo hizo de tal manera que él se diese cuenta y escuchase los pasos.
Llegó al piso superior. Y al fin le vio. Estaba asustado. Hubiese jurado que lloraba.
Él intentó esconderse, huir... Pero los dos sabían que ya era demasiado tarde.
Se quedó quieto. Y ella se acercó y le rodeó, como el cazador que atrapa a su presa. Se agachó y le miró a los ojos, hechizándole.
El joven ya no tuvo miedo. Sólo cerró los ojos y esperó.
La vampiresa besó su cuello y volvió a mirarle.
-Ahora ya eres mío por la eternidad -le susurró acercando sus suaves labios de nuevo.
Hundió con lentitud sus colmillos en el cuello de su víctima y saboreó su sangre con placer. Ésta fluía con suavidad y embrujo.
Él murió con los ojos cerrados y una sonrisa.
Después de haber calmado su sed de sangre se levantó, apartándose del cuerpo sin vida.
Le observó atentamente, con un dejo de tristeza.
Empezó a caminar alejándose.
-Volverás a mi, lo sé....
Susurró antes de perderse de nuevo en la noche eterna.
No la mires. No dejes que te embruje con sus ojos mortales. Es algo prohibido que jamás podrás poseer. Pero ella te podrá poseer a ti sin dificultad. Solo es un Ser de la Noche, como tantos otros, que habita en la soledad de tu corazón....

Drácula (Bladis Laus Dragulia) es un personaje de ficción, protagonista de la novela homónima del irlandés Bram Stoker, de 1897, que dio lugar a una larga lista de versiones de cine, cómics y teatro. Drácula es el más famoso de los «vampiros humanos». Se dice que Stoker fue asesorado por un erudito sobre temas orientales, el húngaro Hermann (Arminius) Vambéry, que se reunió algunas veces con el escritor para comentarle las peripecias del verdadero Drácula.

El Drácula histórico


Debido a algunas novelas y versiones cinematográficas de Drácula, mucha gente piensa que Stoker basó su personaje en una figura histórica: Vlad Tepes, conocido como Vlad el Empalador, y en leyendas de vampiros que circulaban en Europa oriental. Tepes vivió en el siglo XV y fue príncipe de Valaquia (que junto con Moldavia formó el reino de Rumanía).

Desde muy pequeño, Tepes mostró una fascinación morbosa por las mazmorras del castillo de su padre. Es un héroe en su tierra, por la resistencia feroz que opuso al avance de los otomanos. Sin embargo, fue extremadamente cruel con sus enemigos, a los que condenaba a la pena capital de empalamiento. Cuenta la historia, y de hecho hay grabados que lo avalan, que Vlad Tepes juntaba en un cuenco sangre de sus victimas, y mojaba en ella el pan mientras comía. El término Drácula deriva del rumano dráculea, que significa ‘hijo de Drácul’, nombre con el que se conocía a su padre, quien integraba la Orden del Dragón, fundada por el rey Segismundo I de Luxemburgo, y cuyo atuendo era una capa negra, luego popularizada en las películas. A su vez, el término rumano drácul significa ‘dragón’ (demonio). En la moderna Rumanía, el castillo y la región en la que vivió este personaje son hoy en día un importante destino turístico.

Bram Stoker encontró una breve referencia al Voivoda Drácula en un libro sobre Valaquia y Moldavia, en el que su autor decía en un pie de página: «Drácula, en la lengua nativa de Valaquia, significa ‘demonio’». La sonoridad de este nombre le gustó a Stoker, que había llamado originalmente a su vampiro «conde Vampyr». Decidió entonces llamarlo «conde Drácula». Sin embargo, Stoker no conocía nada sobre la vida del verdadero Tepes (de hecho incluso hoy se desconocen muchos aspectos de su vida y de su muerte). En realidad, la novela Drácula no tiene relación con la vida de Vlad Tepes. Tampoco se sabe nada sobre la personalidad y la visión y filosofía de Vlad, por lo que haríamos mal en pensar que el personaje de Stoker está basado en la personalidad de este personaje histórico. Si bien se dice que Arminius Vambéry dio amplia información sobre Transilvania y sobre Vlad Drácula a Stoker, la verdad es que Stoker y Vambéry se reunieron pocas veces en Londres, y no necesariamente para hablar de vampiros. Nunca mantuvieron correspondencia, y no existen pruebas de que Stoker conociera algo sobre Tepes.

Para describir los paisajes de Rumanía Stoker se sirvió de dos obras, una de Emily Gerard, La tierra más allá de los bosques (1888) y otra Informe sobre los principados de Valaquia.

Para hallar el verdadero Drácula histórico, debemos remitirnos a los antecedentes literarios de la novela de Stoker: en los textos de Polidori, Nadier, Hoffman, Coleridge, Le Fanu, Gautier y otros, veremos cómo el personaje del vampiro clásico se va desarrollando poco a poco hasta convertirse en el que todos conocemos con el nombre de Drácula.

Se sabe actualmente que Bram Stoker se basó en la condesa Erzsébet Báthory (1560-1614), gran bebedora de sangre, y en ésta misma realizaba sus baños creyendo que le devolvería la juventud. Vivía en Transilvania, publicaba avisos en los que solicitaba doncellas para integrar su corte, a las que luego asesinaba para quitarles las sangre y bañarse en ella. Cuando fue descubierta, en las mazmorras de su castillo se descubrieron decenas de cuerpos de mujeres a los que le faltaba la totalidad de la sangre. Todos los ayudantes de la condesa Báthory fueron decapitados, y ella fue condenada a vivir encerrada en su cuarto, siendo alimentada por un hueco en la pared.

Una de las más que posibles grandes referencias sobre todo lo que rodea a esta novela es el relato anónimo publicado en inglés en 1860, El extraño misterioso. Se trata de una obra anónima alemana de fecha desconocida, traducida posteriormente al inglés y en la cual se reflejan muchos de los que después han sido tópicos del mundo vampírico, tanto en literatura como después en cine.


En el animé Hellsing, se relata la vida de Alucard (Drácula) en la cual se le puede ver como un siervo de la familia Helsing y es el mejor agente de la Organización Hellsing (organización destinada a destruir los vampiros que amenazan a Inglaterra), también protector de la familia, aunque su ama actual es Íntegra Hellsing (nieta o bisnieta de Van Helsing)y se desconoce como llego a ser un siervo de la familia, probablemente Drácula quedo al servicio de la familia Hellsing al ser derrotado por Van Helsing.

A su vez, este personaje, como Vlad Tepes, termina por empalar a Incógnito (enemigo final de la primera serie animada), y tras un relámpago que devela lo que probablemente es su verdadero rostro, aparece una version en animé del conde Drácul.

Adaptaciones a videojuegos

  • La conocida saga de videojuegos Castlevania, Drácula se muestra como un vampiro que ha existido desde el siglo XI, y que cada vez que revive, es enfrentado por miembros de la familia Belmont, u otros personajes.
  • También hay otro Drácula con dos partes. La primera se centra en Transilvania y el rapto de Mina y la segunda, El último santuario, ocurre en Londres, sobre todo en la mansión de Drácula, el manicomio y las catacumbas de éste. Se trata de una aventura gráfica en 1a persona, de encontrar y utilizar objetos.

Van Helsing

Abraham Van Helsing


El profesor Abraham van Helsing es un personaje de ficción de la novela Drácula (1897) de Bram Stoker. Es un doctor holandés de edad avanzada y de variados intereses y logros, en parte confirmado por la serie de títulos que posee: Doctor en medicina, doctor en filosofía, doctor en letras, etc., pero es mejor conocido por ser un cazavampiros.

En la novela, van Helsing es llamado por su antiguo estudiante Dr Seward, a ayudar con la misteriosa enfermedad de Lucy Westenra. Es van Helsing el que se da cuenta que Lucy es víctima de un vampiro y guía al Dr. Seward y sus amigos en sus esfuerzos para salvar a Lucy y terminar con la amenaza de los vampiros de una vez por todas.

Algunas adaptaciones a la novela han tendido a sobresaltar el rol de van Helsing como un experto en vampiros, algunas veces hasta el grado que esto representa la mayor ocupación del personaje. En la novela, sin embargo, el Dr. Seward no sospecha de esta característica de su viejo amigo (y además, no tiene sospechas de que los vampiros realmente existen, no mencionando que hay uno involucrado en el caso)y le pide su ayuda simplemente porque la aflicción de Lucy lo había desconcertado y van Helsing sabía de "males extraños" como nadie más en el mundo.

Actores reconocidos han interpretado a van Helsing en varias versiones de pantalla, incluyendo a Edward van Sloan en la película de Universal Studios Drácula de 1931, Peter Cushing en Drácula del año 1958 de Hammer Films', Laurence Olivier la de 1979, Anthony Hopkins en Drácula de Bram Stoker (1992) y Mel Brooks en la parodia hecha en 1995. Hugh Jackman interpretó a Gabriel van Helsing, en la película van Helsing (2004) de Stephen Sommers

Además, hubo numerosos trabajos hechos con los descendientes de van Helsing, que también debían pelear contra vampiros. Los ejemplos incluyen la historieta La tumba de Drácula, protagonizada por Rachel van Helsing como miembro fundamental entre los cazadores. También existe un manga llamado Hellsing, en el cual Integra Hellsing lidera un grupo especial del gobierno británico (incluyendo un vampiro llamado Alucard, quien es el mismísimo Drácula) que luchan contra amenazas sobrenaturales; además, como mención curiosa, un personaje de la serie llamado Paladín Alexander Anderson, un sacerdote Católico cazavampiros que trabaja para la Sección XIII (una organización con fines similares a Hellsing) y que luchó contra Alucard, está basado físicamente en el van Helsing interpretado por el actor Edward van Sloan. La película Drácula 2000 en la que el conde renace en pleno siglo XX y su principal rival es la joven Mary Heller (Mary van Helsing), a la cual Drácula intenta convertir en vampiresa y ponerla de su lado. En 2004, Universal Pictures lanza la película van Helsing, dirigida por Stephen Sommers, y protagonizada por Hugh Jackman. En esta película, Drácula (Richard Roxburgh) es hijo de Valerius el Grande, muerto en el siglo XVI por la mano izquierda de Dios, quien fuera el mismo Gabriel van Helsing de joven.


La pelicula


La historia transcurre en el siglo XIX en Londres, Roma, París y Transilvania; Van Helsing es un famoso cazador de monstruos al servicio del Vaticano. Tras finalizar su última misión, durante la cual acaba con el doctor Hyde, es enviado a Transilvania donde Drácula mató al doctor Víctor Frankenstein para apoderarse de su tecnología y dar vida a los hijos vampiros que tuvo con sus novias las vampiresas (Aleera, Marshka y Verona).

Para evitar eso Van helsing viaja con su amigo monje Carl a Transilvania a ayudar a Anna Valerius, la única descendiente de una familia que juró destruir al vampiro. De no ser así, su familia jamás podrá descansar en paz. La misión de Van Helsing y Anna es conseguir matar a Drácula y a sus novias, y evitar que utilicen al ser creado por Frankenstein para dar vida a la camada de Drácula pero durante la hazaña, a Van Helsing lo muerde el hombre lobo (que un día fue Velkan, el hermano de Anna) con el que Drácula está experimentando.

Van Helsing se convierte así en un Hombre Lobo, y ahora no solo tienen que matar a Drácula sino que sólo tiene 48 horas para encontrar un antídoto que le cure. Dicho antídoto lo posee Drácula porque el hombre lobo es el único que puede matarlo. Carl encuentra un portal con el que entrar a la guarida de Drácula. A medianoche, Van Helsing se convierte en Hombre Lobo y pelea con Drácula y lo mata. Así mueren también los hijos de Drácula, a los que había conseguido infundir vida. Anna llega con el antídoto, pero Van Helsing la ataca (inconsciente de lo que estaba haciendo) y la mata, pero ella logra inyectarle el antídoto.

Al día siguiente, cuando la estaban quemando, Van Helsing miró el cielo y vio como se formó el rostro de ella con una lágrima, y de sus familiares recibiéndola, pues por fin los Valerious podrían cruzar las puertas de San Pedro. Con esto se supone que Van Helsing se da por satisfecho y marcha junto a Carl.



La verdadera historia de los vampiros

Sucedió en medio de las disipaciones de un duro invierno en Londres. Apareció en diversas fiestas de los personajes más importantes de la vida nocturna y diurna de la capital inglesa, un noble, más notable por sus peculiaridades que por su rango. miraba a su alrededor como si no participara de las diversiones generales. Aparentemente, sólo atraían su atención las risas de los demás, como si pudiera acallarlas a su voluntad y amedrentar aquellos pechos donde reinaba la alegría y la despreocupación. Los que experimentaban esta sensación de temor no sabían explicar cual era su causa. Algunos la atribuían a la mirada gris y fija, que penetraba hasta lo más hondo de una conciencia, hasta lo más profundo de un corazón. Aunque lo cierto era que la mirada sólo recaía sobre una mejilla con un rayo de plomo que pesaba sobre la piel que no lograba atravesar. Sus rarezas provocaban una serie de invitaciones a las principales mansiones de la capital. Todos deseaban verle, y quienes se hallaban acostumbrados a la excitación violenta, y experimentaban el peso del ?ennui?, estaban sumamente contentos de tener algo ante ellos capaz de atraer su atención de manera intensa. A pesar del matiz mortal de su semblante, que jamás se coloreaba con un tinte rosado ni por modestia ni por la fuerte emoción de la pasión, pese a que sus facciones y su perfil fuesen bellos, muchas damas que andaban siempre en busca de notoriedad trataban de conquistar sus atenciones y conseguir al menos algunas señales de afecto. Lady Mercer, que había sido la burla de todos los monstruos arrastrados a sus aposentos particulares después de su casamiento, se interpuso en su paso, e hizo cuanto pudo para llamar su atención... pero en vano. Cuando la joven se hallaba ante él, aunque los ojos del misterioso personaje parecían fijos en ella, no parecían darse cuenta de su presencia. Incluso su imprudencia parecía pasar desapercibida a los ojos del caballero, por lo que, cansada de su fracaso, abandonó la lucha. Mas aunque las vulgares adúlteras no lograron influir en la dirección de aquella mirada, el noble no era indiferente al bello sexo, si bien era tal la cautela con que se dirigía tanto a la esposa virtuosa como a la hija inocente, que muy pocos sabían que hablase también con las mujeres. Sin embargo, pronto se ganó la fama de poseer una lengua eritoria. Y bien fuese porque la misma superaba al temor que inspiraba aquel carácter tan singular, o porque las damas se quedaron perturbadas ante su aparente odio del vicio, el caballero no tardó en contar con admiradoras tanto entre las mujeres que se ufanaban de su sexo junto con sus virtudes domésticas, como entre las que las manchaban con sus vicios. Por la misma época, llegó a Londres un joven llamado Aubrey. Era huérfano, con una sola hermana que poseía una fortuna más que respetable, habiendo fallecido sus padres siendo él niño todavía. Abandonado a sí mismo por sus tutores, que pensaban que su deber sólo consistía en cuidar de su fortuna, en tanto descuidaban aspectos más importantes en manos de personas subalternas, Aubrey cultivó más su imaginación que su buen juicio. Por consiguiente, alimentaba los sentimientos románticos del honor y el candor, que diariamente arruinan a tantos jóvenes inocentes. Creía en la virtud y pensaba que el vicio lo consentía la Providencia sólo como un contraste de aquella, tal como se lee en las novelas. Pensaba que la desgracia de una casa consistía tan sólo en las estimentas, que la mantenían cálida, aunque siempre quedaban mejor adaptadas a los ojos de un pintor gracias al desarreglo de sus pliegues y a los diversos manchones de pintura. Pensaba, en suma, que los sueños de los poetas eran las realidades de la existencia. Aubrey era guapo, sincero y rico. Por tales razones, tras su ingreso en los círculos alegres, le rodearon y atosigaron muchas mujeres, con hijastras casaderas, y muchas esposas en busca de pasatiempos extraconyugales. Las hijas y las esposas infieles pronto opinaron que era un joven de gran talento, gracias a sus brillantes ojos y a sus sensuales labios.

Adherido al romance de su solitarias horas, Aubrey se sobresaltó al descubrir que, excepto en las llamas de las velas, que chisporroteaban no por la presencia de un duende sino por las corrientes de aire, en la vida real no existía la menor base para las necedades románticas de las novelas, de las que había extraído sus pretendidos conocimientos. Hallando, no obstante, cierta compensación a su vanidad satisfecha, estaba a punto de abandonar sus sueños, cuando el extraordinario ser antes mencionado y descrito se cruzó en su camino. Le escrutó con atención. Y la imposibilidad de formarse una idea del carácter de un hombre tan completamente absorto en sí mismo, de un hombre que presentaba tan pocos signos de la observación de los objetos externos a él -aparte del tácito reconocimiento de su existencia, implicado por la evitación de su contacto, dejando que su imaginación ideara todo aquello que halagaba su propensión a las ideas extravagantes -pronto convirtió a semejante ser en el héroe de un romance. Y decidió observar a aquel retoño de su fantasía más que al personaje en sí mismo. Trabó amistad con él, fue atento con sus nociones, y llegó a hacerse notar por el misterioso caballero. Su presencia acabó por ser reconocida. Se enteró gradualmente de que Lord Ruthven tenía unos asuntos algo embrollados, y no tardó en averiguar, de acuerdo con las notas halladas en la calle, que estaba a punto de emprender un viaje. Deseando obtener más información con respecto a tan singular criatura, que hasta entonces sólo había excitado su curiosidad sin apenas satisfacerla, Aubrey les comunicó a sus tutores que había llegado el instante de realizar una excursión, que durante muchas generaciones se creía necesaria para que la juventud trepara rápidamente por las escaleras del vicio, igualándose con las personas maduras, con lo que no parecerían caídos del cielo cuando se mencionara ante ellos intrigas escandalosas, como temas de placer y alabanza, según el grado de perversión de las mismas. Los tutores accedieron a su petición, e inmediatamente Aubrey le contó sus intenciones a Lord Ruthven, sorprendiéndose agradablemente cuando éste le invitó a viajar en su compañía. Muy ufano de esta prueba de afecto, por parte de una persona que aparentemente no tenía nada en común con los demás mortales, aceptó encantado. Unos días más tarde, ya habían cruzado el Canal de la Mancha. Hasta entonces, Aubrey no había tenido oportunidad de estudiar a fondo el carácter de su compañero de viaje, y de pronto descubrió que, aunque gran parte de sus acciones eran plenamente visibles, los resultados ofrecían unas conclusiones muy diferentes, de acuerdo con los motivos de su comportamiento.

Hasta entonces, Aubrey no había tenido oportunidad de estudiar a fondo el carácter de su compañero de viaje, y de pronto descubrió que, aunque gran parte de sus acciones eran plenamente visibles los resultados ofrecían conclusiones muy diferentes, de acuerdo con los motivos de su comportamiento. Su compañero era muy liberal: el vago, el ocioso y el pordiosero recibían de su mano más de lo necesario para aliviar sus necesidades más perentorias. Pero Aubrey observó asimismo que Lord Ruthven jamás aliviaba las desdichas de los virtuosos, reducidos a la indigencia por la mala suerte, a los cuales despedía sin contemplaciones y aun con burlas. Cuando alguien acudía a él no para remediar sus necesidades, sino para poder hundirse en la lujuria o en las más tremendas iniquidades, Lord Ruthven jamás negaba su ayuda.

Sin embargo, Aubrey atribuía esta nota de su carácter a la mayor importunidad del vicio, que generalmente es mucho más insistente que el desdichado y el virtuoso indigente. En las obras de beneficencia del Lord había una circunstancia que quedó muy grabada en la mente del joven: todos aquellos a quienes ayudaba Lord Ruthven, inevitablemente veían caer una maldición sobre ellos, pues eran llevados al cadalso o se hundían en la miseria más abyecta. En Bruselas y otras ciudades por las que pasaron, Aubrey se asombró ante la aparente avidez con que su acompañante buscaba los centros de los mayores vicios. Solía entrar en los garitos de faro, donde apostaba, y siempre con fortuna, salvo cuando un canalla era su antagonista, siendo entonces cuando perdía más de lo que había ganado antes. Pero siempre conservaba la misma expresión pétrea, imperturbable, con la generalmente contemplaba a la sociedad que le rodeaba. No sucedía lo mismo cuando el noble se tropezaba con la novicia juvenil o con un padre infortunado de una familia numerosa. Entonces, su deseo parecía la ley de la fortuna, dejando de lado su abstracción, al tiempo que sus ojos brillaban con más fuego que los del gato cuando juega con el ratón ya moribundo. En todas las ciudades dejaba a la florida juventud asistente a los círculos por él frecuentados, echando maldiciones, en la soledad de una fortaleza del destino que la había arrastrado hacia él, al alcance de aquel mortal enemigo. Asimismo, muchos padres sentábanse coléricos en medio de sus hambrientos hijos, sin un solo penique de su anterior fortuna, sin lo necesario siquiera para satisfacer sus más acuciantes necesidades. Sin embargo, cuanto ganaba en las mesas de juego, lo perdía inmediatamente, tras haber esquilmado algunas grandes fortunas de personas inocentes. Este podía ser el resultado de cierto grado de conocimiento capaz de combatir la destreza de los más experimentados.


Aubrey deseaba a menudo decirle todo esto a su amigo, suplicarle que abandonase esta caridad y estos placeres que causaban la ruina de todo el mundo, sin producirle a él beneficio alguno. Pero demoraba esta súplica, porque un día y otro esperaba que su amigo le diera una oportunidad de poder hablarle con franqueza y sinceridad. Cosa que nunca ocurrió. Lord Ruthven, en su carruaje, y en medio de la naturaleza más lujuriosa y salvaje, siempre era el mismo: sus ojos hablaban menos que sus labios. Y aunque Aubrey se hallaba tan cerca del objeto de su curiosidad, no obtenía mayor satisfacción de este hecho que la de la constante exaltación del vano deseo de desentrañar aquel misterio que a su excitada imaginación empezaba a asumir las proporciones de algo sobrenatural. No tardaron en llegar a Roma, y Aubrey perdió de vista a su compañero por algún tiempo, dejándole en la cotidiana compañía del círculo de amistades de una condesa italiana, en tanto él visitaba los monumentos de la ciudad casi desierta. Estando así ocupado, llegaron varias cartas de Inglaterra, que abría con impaciencia. La primera era de su hermana dándole las mayores seguridades de su cariño; las otras eran de sus tutores; y la última le dejó asombrado. Si antes había pasado por su imaginación que su compañero de viaje poseía algún malvado poder, aquella carta parecía reforzar tal creencia. Sus tutores insistían en que abandonase inmediatamente a su amigo, urgiéndole a ello en vista de la maldad de tal personaje, a causa de sus casi irresistibles poderes de seducción, que tornaban sumamente peligrosos sus hábitos para con la sociedad en general. Habían descubierto que su desdén hacia las adúlteras no tenía su origen en el odio a ellas, sino que había requerido, para aumentar su satisfacción personal, que las víctimas -los compañeros de la culpa- fuesen arrojadas desde el pináculo de la virtud inmaculada a los más hondos abismos de la infamia y la degradación. En resumen: que todas aquellas damas a las que había buscado, aparentemente por sus virtudes, habíanse quitado la máscara desde la partida de Lord Ruthven, y no sentían ya el menor escrúpulo en exponer toda la deformidad de sus vicios a la contemplación pública. Aubrey decidió al punto separarse de un personaje que todavía no le había mostrado ni un solo punto brillante en donde posar la mirada. Resolvió inventar un pretexto plausible para abandonarle, proponiéndose, mientras tanto, continuar vigilándole estrechamente y no dejar pasar la menor circunstancia acusatoria. De este modo, penetró en el mismo círculo de amistades que Lord Ruthven, y no tardó en darse cuenta de que su amigo estaba dedicado a ocuparse de la inexperiencia de la hija de la dama cuya mansión frecuentaba más a menudo.

En Italia, es muy raro que una mujer soltera frecuente los círculos sociales, por lo que Lord Ruthven se veía obligado a llevar adelante sus planes en secreto. Pero la mirada de Aubrey le siguió en todas sus tortuosidades, y pronto averiguó que la pareja había concertado una cita que sin duda iba a causar la ruina de una chica inocente, poco reflexiva. Sin pérdida de tiempo, se presentó en el apartamento de su amigo, y bruscamente le preguntó cuáles eran sus intenciones con respecto a la joven, manifestándole al propio tiempo que estaba enterado de su cita para aquella misma noche. Lord Ruthven contestó que sus intenciones eran las que podían suponerse en semejante menester. Y al ser interrogado respecto a si pensaba casarse con la muchacha, se echó a reír. Aubrey se marchó, e inmediatamente redactó una nota alegando que desde aquel momento renunciaba a acompañar a Lord Ruthven durante el resto del viaje. Luego le pidió a su sirviente que buscase otro apartamento, y fue a visitar a la madre de la joven, a la que informó de cuanto sabía, no sólo respecto a su hija, sino también al carácter de Lord Ruthven. La cita quedó cancelada. Al día siguiente, Lord Ruthven se limitó a enviar a su criado con una comunicación en la que se avenía a una completa separación, mas sin insinuar que sus planes hubieran quedado arruinados por la intromisión de Aubrey. Tras salir de Roma, el joven dirigió sus pasos a Grecia, y tras cruzar la península, llegó a Atenas. Allí fijó su residencia en casa de un griego, no tardando en hallarse sumamente ocupado en buscar las pruebas de la antigua gloria en unos monumentos que, avergonzados al parecer de ser testigos mudos de las hazañas de los hombres que antes fueron libres para convertirse después en esclavos, se hallaban escondidos debajo del polvo o de intrincados líquenes. Bajo su mismo techo habitaba un ser tan delicado y bello que podía haber sido la modelo de un pintor que deseara llevar a la tela la esperanza prometida a los seguidores de Mahoma en el Paraíso, salvo que sus ojos eran demasiado pícaros y vivaces para pretender a un alma y no a un ser vivo. Cuando bailaba en el prado, o correteaba por el monte, parecía mucho más ágil y veloz que las gacelas, y también mucho más grácil. Era, en resumen, el verdadero sueño de un epicuro. El leve paso de Ianthe acompañaba a menudo a Aubrey en su búsqueda de antigüedad. Y a veces la incosciente joven se empeñaba en la persecución de una mariposa de Cachemira, mostrando la hermosura de sus formas al dejar flotar su túnica al viento, bajo la ávida mirada de Aubrey que así olvidaba las letras que acababa de descifrar en una tablilla medio borrada. A veces, sus trenzas relucían a los rayos del sol con un brillo sumamente delicado, cambiando rápidamente de matices, pudiendo ello haber sido la excusa del olvido del joven anticuario que dejaba huir de su mente el objeto que antes había creído de capital importancia para la debida interpretación de un pasaje de Pausanias.

Pero, ¿por qué intentar describir unos encantos que todo el mundo veía, mas nadie podía apreciar? Era la inocencia, la juventud, la belleza, sin estar aún contaminadas por los atestados salones, por las salas de baile. Mientras el joven anotaba los recuerdos que deseaba conservar en su memoria para el futuro, la muchacha estaba a su alrededor, contemplando los mágicos efectos del lápiz que trazaba los paisajes de su solar patrio. Entonces, ella le describía las danzas en la pradera, pintándoselas
con todos los colores de su juvenil paleta; las pompas matrimoniales entrevistas en su niñez; y, refiriéndose a los temas que evidentemente más la habían impresionado, hablaba de los cuentos sobrenaturales de su nodriza. Su afán y la creencia en lo que narraba, excitaron el interés de Aubrey. A menudo, cuando ella contaba el cuento del vampiro vivo, que había pasado muchos años entre amigos y sus más queridos parientes alimentándose con la sangre de las doncellas más hermosas para prolongar su existencia unos meses más, la suya se le helaba a Aubrey en las venas, mientras intentaba reírse de aquellas horribles fantasías. Sin embargo, Ianthe le citaba nombres de ancianos que, por lo menos, habían contado entre sus contemporáneos con un vampiro vivo, habiendo hallado a parientes cercanos y algunos niños marcados con la señal del apetito del monstruo. Cuando la joven veía que Aubrey se mostraba incrédulo ante tales relatos, le suplicaba que la creyese, puesto que la gente había observado que aquellos que se atrevían a negar la existencia del vampiro siempre obtenían alguna prueba que, con gran dolor y penosos castigos, les obligaba a reconocer su existencia. Ianthe le detalló la aparición tradicional de aquellos monstruos, y el horror de Aubrey aumentó al escuchar una descripción casi exacta de Lord Ruthven. Pese a ello, el joven, persistió en querer convencer a la joven griega de que sus temores no podían ser debidos a una cosa cierta, si bien al mismo tiempo repasaba en su memoria todas las coincidencias que le habían incitado a creer en los poderes sobrenaturales de Lord Ruthven. Aubrey cada día sentíase más ligado a Ianthe, ya que su inocencia, tan en contraste con las virtudes fingidas de las mujeres entre las que había buscado su idea de romance, había conquistado su corazón. Si bien le parecía ridícula la idea de que un muchacho inglés, de buena familia y mejor educación, se casara con una joven griega, carente casi de cultura, lo cierto era que cada vez amaba más a la doncella que le acompañaba constantemente. En algunas ocasiones se separaba de ella, decidido a no volver a su lado hasta haber conseguido sus objetivos. Pero siempre le resultaba imposible concentrarse en las ruinas que le rodeaban, teniendo constantemente en su mente la imagen de quien lo era todo para él. Ianthe no se daba cuenta el amor que por ella experimentaba Aubrey, mostrándose con él la misma chiquilla casi infantil de los primeros días. Siempre, no obstante, se despedía del joven con frecuencia, mas ello se debía tan sólo a no tener a nadie con quien visitar sus sitios favoritos, en tanto su acompañante se hallaba ocupado bosquejando o descubriendo algún fragmento que había escapado a la acción destructora del tiempo.

La joven apeló a sus padres para dar fe de la existencia de los vampiros. Y todos, con algunos individuos presentes, afirmaron su existencia, pálidos de horror ante aquel solo nombre. Poco después, Aubrey decidió realizar una excursión, que le llevaría varias horas. Cuando los padres de Ianthe oyeron el nombre del lugar, le suplicaron que no regresase de noche, ya que necesariamente debería atravesar un bosque por el que ningún griego pasaba, una vez que había oscurecido, por ningún motivo. Le describieron dicho lugar como el paraje donde los vampiros celebraban sus orgías y bacanales nocturnas. Y le aseguraron que sobre el que se atrevía a cruzar por aquel sitio recaían los peores males. Aubrey no quiso hacer caso de tales advertencias, tratando de burlarse de aquellos temores. Pero cuando vio que todos se estremecían ante sus risas por aquel poder superior o infernal, cuyo solo nombre le helaba la sangre, acabó por callar y ponerse grave. A la mañana siguiente, Aubrey salió de excursión, según había proyectado. Le sorprendió observar la melancólica cara de su huésped, preocupado asimismo al comprender que sus burlas de aquellos poderes hubiesen inspirado tal terror. Cuando se hallaba a punto de partir, Ianthe se acercó al caballo que el joven montaba y le suplicó que regresase pronto, pues era por la noche cuando aquellos seres malvados entraban en acción. Aubrey se lo prometió. Sin embargo, estuvo tan ocupado en sus investigaciones que no se dio cuenta de que el día iba dando fin a su reinado y que en el horizonte aparecía una de aquellas manchas que en los países cálidos se convierten muy pronto en una masa de nubes tempestuosas, vertiendo todo su furor sobre el desdichado país. Finalmente, montó a caballo, decidido a recuperar su retraso. Pero ya era tarde. En
los países del sur apenas existe el crepúsculo. El sol se pone inmediatamente y sobreviene la noche. Aubrey se había demorado con exceso. Tenía la tormenta encima, los truenos apenas se concedían un respiro entre sí, y el fuerte aguacero se abría paso por entre el espeso follaje, en tanto el relámpago azul parecía caer a sus pies. El caballo se asustó de repente, y emprendió un galope alocado por entre el espeso bosque. Por fin, agotado de cansanci, el animal se paró, y Aubrey descubrió a la luz de los relámpagos que estaba en la vecindad de una choza que apenas se destacaba por entre la hojarasca y la maleza que le rodeaba. Desmontó y se aproximó, cojeando, con el fin de encontrar a alguien que pudiera llevarle a la ciudad, o al menos obtener asilo contra la furiosa tormenta. Cuando se acercaba a la cabaña, los truenos, que habían callado un instante, le permitieron oír unos gritos femeninos, gritos mezclados con risotadas de burla, todo como en un solo sonido. Aubrey quedó turbado. Mas, soliviantado por el trueno que retumbó en aquel momento, con un súbito esfuerzo empujó la puerta de la choza. No vio más que densas tinieblas, pero el sonido le guió. Aparentemente, nadie se había dado cuenta
de su presencia, pues aunque llamó, los mismos sonidos continuaron, sin que nadie reparase al parecer en él. No tardó en tropezar con alguien, a quien apresó inmediatamente. De pronto, una voz volvió a gritar de manera ahogada, y al grito sucedió una carcajada. Aubrey hallóse al momento asido por una fuerza sobrehumana. Decidido a vender cara su vida, luchó mas en vano.

Fue levantado del suelo y arrojado de nuevo al mismo con una potencia enorme. Luego, su enemigo se le echó encima y, arrodillado sobre su pecho, le rodeó la garganta con las manos. De repente, el resplandor de varias antorchas entrevistas por el agujero que hacía las veces de ventana, vino en su ayuda. Al momento, su rival se puso de pie y, separándose del joven, corrió hacia la puerta. Muy poco después, el crujido de las ramas caídas al ser pisoteadas por el fugitivo también dejó de oírse. La tormenta había cesado, y Aubrey, incapaz de moverse, gritó, siendo oído poco después por los portadores de antorchas. Entraron a la cabaña, y el resplandor de la resina quemada cayó sobre los muros de barro y el techo de bálago, totalmente lleno de mugre. A instancias del joven, los recién llegados buscaron a la mujer que le había atraído con sus chillidos. Volvió, por tanto, a quedarse en tinieblas. Cual fue su horror cuando de nuevo quedó iluminado por la luz de las antorchas, pudiendo percibir la forma etérea de su amada convertida en un cadáver. Cerró los ojos, esperando que sólo se tratase de un producto espantoso de su imaginación. Pero volvió a ver la misma forma al abrirlos, tendida a su lado. No había el menor color en sus mejillas, ni siquiera en sus labios, y en su semblante se veía una inmovilidad que resultaba casi tan atrayente como la vida que antes lo animara. En el cuello y en el pecho había sangre, en la garganta las señales de los colmillos que se habían hincado en las venas. -¡Un vampiro! ¡Un vampiro! -gritaron los componentes de la partida ante aquel espectáculo. Rápidamente construyeron unas parihuelas, y Aubrey echó a andar al lado de la que había sido el objeto de tan brillantes visiones, ahora muerta en la flor de su vida. Aubrey no podía ni siquiera pensar, pues tenía el cerebro ofuscado, pareciendo querer refugiarse en el vacío. Sin casi darse cuenta, empuñaba en su mano una daga de forma especial, que habían encontrado en la choza. La partida no tardó en reunirse con más hombres, enviados a la búsqueda de la joven por su afligida madre. Los gritos de los exploradores al aproximarse a la ciudad, advirtieron a los padres de la doncella que había sucedido una horrorosa catástrofe. Sería imposible describir su dolor. Cuando comprobaron la causa de la muerte de su hija, miraron a Aubrey y señalaron el cadáver. Estaban inconsolables, y ambos murieron de pesar. Aubrey, ya en la cama, padeció una violentísima fiebre, con mezcolanza de delirios. En estos intervalos llamaba a Lord Ruthven y a Ianthe, mediante cierta combinación que le parecía una súplica a su antiguo compañero de viaje para que perdonase la vida de la doncella. Otras veces lanzaba imprecaciones contra Lord Ruthven, maldiciéndole como asesino de la joven griega. Por casualidad, Lord Ruthven llegó por aquel entonces a Atenas. Cuando se enteró del estado de su amigo, se presentó inmediatamente en su casa y se convirtió en su enfermero particular.

Cuando Aubrey se recobró de la fiebre y los delirios, quedóse horrorizado, petrificado, ante la imagen de aquel a quien ahora consideraba un vampiro. Lord Ruthven -con sus amables palabras, que implicaban casi cierto arrepentimiento por la causa que había motivado su separación- y la ansiedad, las atenciones y los cuidados prodigados a Aubrey, hicieron que éste pronto se reconciliase con su presencia. Lord Ruthven parecía cambiado, no siendo ya el ser apático de antes, que tanto había asobrado a Aubrey. Pero tan pronto terminó la convalescencia del joven, su compañero volvió a ofrecer la misma condición de antes, y Aubrey ya no distinguió la menor diferencia, salvo que a veces veía la mirada de Lord Ruthven fija en él, al tiempo que una sonrisa maliciosa flotaba en sus labios. Sin saber por qué, aquella sonrisa le molestaba. Durante la última fase de su recuperación, Lord Ruthven pareció absorto en la contemplación de las olas que levantaba en el mar la brisa marina, o en señalar el progreso de los astros que, como el nuestro, dan vueltas en torno al Sol. Y más que nada, parecía evitar todas las miradas ajenas. Aubrey, a causa de la desgracia sufrida, tenía su cerebro bastante debilitado, y la elasticidad de espíritu que antes era su característica más acusada parecía haberle abandonado para siempre. No era tan amable del silencio y la soledad como Lord Ruthven, pero deseaba estar solo, cosa que no podía conseguir en Atenas. Si se dedicaba a explorar las ruinas de la antigüedad, el recuerdo de Ianthe a su lado le atosigaba de continuo. Si recorría los bosques, el paso ligero de la joven parecía corretear a su lado, en busca de la modesta violeta. De repente, esta visión se esfumaba, y en su lugar veía el rostro pálido y la garganta herida de la joven, con una tímida sonrisa en sus labios. Decidió rehuir tales visiones, que en su mente creaban una serie de amargas asociaciones. De este modo, le propuso a Lord Ruthven, a quien sentíase unido por los cuidados que aquel le había prodigado durante su enfermedad, que visitasen aquellos rincones de Grecia que aún no habían
visto. Los dos recorrieron la península en todas las direcciones, buscando cada rincón que pudiera estar unido a un recuerdo. Pero aunque lo exploraron todo, nada vieron que llamase realmente su interés. Oían hablar mucho de diversas bandas de ladrones, mas gradualmente fueron olvidándose de ellas atribuyéndolas a la imaginación popular, o a la invención de algunos individuos cuyo interés consistía en excitar la generosidad de aquellos a quienes fingían proteger de tales peligros. En consecuencia, sin hacer caso de tales advertencias, en cierta ocasión viajaban con muy poca escolta, cuyos componentes más debían servirles de guía que de protección. Al penetrar en un estrecho desfiladero, en el fondo del cual se hallaba el lecho de un torrente, lleno de grandes masas rocosas desprendidas de los altos acantilados que lo flanqueaban, tuvieron motivos para arrepentirse de su negligencia. Apenas se habían adentrado por paso tan angosto cuando se vieron sorprendidos por el silbido de las balas que pasaban muy cerca de sus cabezas, y las detonaciones de varias armas.

Al instante siguiente, la escolta les había abandonado, y resguardándose detrás de las rocas, empezaron todos a disparar contra sus atacantes. Lord Ruthven y Aubrey, imitando su ejemplo, se retiraron momentáneamente al amparo de un recodo del desfiladero. Avergonzados por asustarse tanto ante un vulgar enemigo, que con gritos insultantes les conminaban a seguir avanzando, y estando expuestos al mismo tiempo a una matanza segura si alguno de los ladrones se situaba más arriba de su posición y les atacaba por la espalda, determinaron precipitarse al frente, en busca del enemigo... Apenas abandonaron el refugio rocoso, Lord Ruthven recibió en el hombro el impacto de una bala que le envió rodando al suelo. Aubrey corrió en su ayuda, sin hacer caso del peligro a que se exponía, mas no tardó en verse rodeado por los malhechores, al tiempo que los componentes de la escolta, al ver herido a Lord Ruthven, levantaron inmediatamente las manos en señal de rendición. Mediante la promesa de grandes recompensas, Aubrey logró convencer a sus atacantes para que trasladasen a su herido amigo a una cabaña situada no lejos de allí. Tras hacer concertado el rescate a pagar, los ladrones no le molestaron, contentándose con vigilar la entrada de la cabaña hasta el regreso de uno de ellos, que debía percibir la suma prometida gracias a una orden firmada por el joven. Las energías de Lord Ruthven disminuyeron rápidamente. Dos días más tarde, la muerte pareció ya inminente. Su comportamiento y su aspecto no había cambiado, pareciendo tan incosciente al dolor como a cuanto le rodeaba. Hacia el fin del tercer día, su mente pareció extraviarse, y su mirada se fijó insistentemente en Aubrey, el cual sintióse impulsado a ofrecerle más que nunca su ayuda. -Sí, tú puedes salvarme... Puedes hacer aún mucho más... No me refiero a mi vida, pues temo tan poco a la muerte como al término del día. Pero puedes salvar mi honor. Sí, puedes salvar el honor de tu amigo.

-Decidme cómo -asintió Aubrey-, y lo haré. -Es muy sencillo. Yo necesito muy poco... Mi vida necesita espacio... Oh, no puedo explicarlo todo... Mas si callas cuanto sabes de mí, mi honor se verá libre de las murmuraciones del mundo, y si mi muerte es por algún tiempo desconocida en Inglaterra... yo... yo... ah, viviré. -Nadie lo sabrá. -¡Júralo! -exigió el moribundo, incorporándose con gran violencia-. ¡Júralo por las almas de tus antepasados, por todos los temores de la naturaleza, jura que durante un año y un día no le contarás a nadie mis crímenes ni mi muerte, pase lo que pase, veas lo que veas! Sus ojos parecían querer salir de sus órbitas. -¡Lo juro! -exclamó Aubrey. Lord Ruthven de dejó caer sobre la almohada, lanzando
una carcajada, y expiró. Aubrey retiróse a descansar, mas no durmió pues su cerebro daba vueltas y más vueltas sobre los detalles de su amistad con tan extraño ser, y sin saber por qué, cuando recordaba el juramento prestado sentíase invadido por un frío extraño, con el presentimiento de una desgracia inminente. Levantóse muy temprano al día siguiente, e iba ya a entrar en la cabaña donde había dejado el cadáver, cuando uno de los ladrones le comunicó que ya no estaba allí, puesto que él y sus camaradas lo habían transportado a la cima de la montaña, según la promesa hecha al difunto de que lo dejarían expuesto al primer rayo de luna después de su muerte. Aubrey quedóse atónito ante aquella noticia. Junto con varios individuos, decidió ir adonde habían dejado a Lord Ruthven, para enterrarlo debidamente. Pero una vez en la cumbre de la montaña, no halló ni rastro del cadáver ni de sus ropas, aunque los ladrones juraron que era aquel el lugar en que dejaron al muerto. Durante algún tiempo su mente perdióse en conjeturas, hasta que decidió descender de nuevo, convencido de que los ladrones habían enterrado el cadáver tras despojarlo de sus vestiduras. Harto de un país en el que sólo había padecido tremendos horrores, y en el que todo conspiraba para fortalecer aquella superstición melancólica que se había adueñado de su mente, resolvió abandonarlo, no tardando en llegar a Esmirna. Mientras esperaba un barco que le condujera a Otranto o a Nápoles, estuvo ocupado en disponer los efectos que tenía consigo y que habían pertenecido a Lord Ruthven. Entre otras cosas halló un estuche que contenía varias armas, más o menos adecuada para asegurar la muerte de una víctima. Dentro se hallaban varias dagas y yataganes.


Mientras los examinaba, asombrado ante sus curiosas formas, grande fue su sorpresa al encontrar una vaina ornamentada en el mismo estilo que la daga hallada en la choza fatal. Aubrey se estremeció, y deseando obtener nuevas pruebas, buscó la daga. Su horror llegó a su culminación cuando verificó que la hoja se adaptaba a la vaina, pese a su peculiar forma. No necesitaba ya más pruebas, aunque sus ojos parecían como pegados a la daga, pese a lo cuál todavía se resistía a creerlo. Sin embargo, aquella forma especial, los mismos esplendorosos adornos del mango y la vaina, no dejaban el menor resquicio a la duda. Además, ambos objetos mostraban gotas de sangre. Partió de Esmirna y, ya en Roma, sus primeras investigaciones se refirieron a la joven que él había intentado arrancar a las artes seductoras de Lord Ruthven. Sus padres se hallaban desconsolados, totalmente arruinados, y a la joven no se la había vuelto a ver desde la salida de la capital de Lord Ruthven.


El cerebro de Aubrey estuvo a punto de desquiciarse ante tal cúmulo de horrores, temiendo que la joven también hubiese sido víctima del mismo asesino de Ianthe. Aubrey tornóse más callado y retraído y su sola ocupación consistió ya en apresurar a sus postillones, como si tuviese necesidad de salvar a un ser muy querido. Llegó a Calais, y una brisa que parecía obediente a sus deseos no tardó en dejarle en las costas de Inglaterra. Corrió a la mansión de sus padres y allí, por un momento, pareció perder, gracias a los besos y abrazos de su hermana, todo recuerdo del pasado. Si antes, con sus infantiles caricias, ya había conquistado el afecto de su hermano, ahora que empezaba a ser mujer todavía la quería más. La señorita Aubrey no poseía la alada gracia que atrae las miradas y el aplauso de las reuniones y fiestas. No había en ella el ingenio ligero que sólo existe en los salones. Sus ojos azules jamás se iluminaban con ironías o sarcasmos. En toda su persona había como un halo de encanto melancólico que no se debía a ninguna desdicha sino a un sentimiento interior, que parecía indicar un alma consciente de un reino más brillante. No tenía el paso leve, que atrae como el vuelo grácil de la mariposa, como un color grato a la vista. Su paso era sosegado y pensativo. Cuando estaba sola, su semblante jamás se alegraba con una sonrisa de júbilo. Pero al sentir el afecto de su hermano, y olvidar en su presencia los pesares que le impedían el descanso, ¿quién no habría cambiado una sonrisa por tanta dicha? Era como si los ojos de la joven, su rostro entero, jugasen a la luz de su esfera propia. Sin embargo, la muchacha sólo contaba dieciocho años, por lo que no había sido presentada en sociedad, habiendo juzgado sus tutores que debían demorarse tal acto hasta que su hermano regresara
del continente, momento en que se constituiría en su protector. Por tanto, resolvieron que darían una fiesta con el fin de que ella apareciese ?en escena?. Aubrey habría preferido estar apartado de todo bullicio, alimentándose con la melancolía que le abrumaba. No experimentaba el menor interés por las frivolidades de personas desconocidas, aunque se mostró dispuesto a sacrificar su comodidad para proteger a su hermana. De esta manera, no tardaron en llegar a su casa de la capital, a fin de disponerlo todo para el día siguiente, elegido para la fiesta. La multitud era excesiva. Una fiesta no vista en mucho tiempo, donde todo el mundo estaba ansioso de dejarse ver. Aubrey apareció con su hermana. Luego, estando solo en un rincón, mirando a su alrededor con muy poco interés, pensando abstraídamente que la primera vez que había visto a Lord Ruthven había sido en aquel mismo salón había sido en aquel mismo salón, sintióse de pronto cogido por el
brazo, al tiempo que en sus oídos resonaba una voz que recordaba demasiado
bien.

-Acuérdate del juramento. Aubrey apenas tuvo valor para volverse, temiendo ver a un espectro que le podría destruir; y distinguió no lejos a la misma figura que había atraído su atención cuando, a su vez, él había entrado por primera vez en sociedad. Contempló a aquella figura fijamente, hasta que sus piernas casi se negaron a sostener el peso de su cuerpo. Luego, asiendo a un amigo del brazo, subió a su carruaje y le ordenó al cochero que le llevase a su casa de campo. Una vez allí, empezó a pasearse agitadamente, con la cabeza entre las manos, como temiendo que sus pensamientos le estallaran en el cerebro. Lord Ruthven había vuelto a presentarse ante él... Y todos los detalles se encadenaron súbitamente ante sus ojos; la daga..., la vaina..., la víctima..., su juramento. ¡No era posible, se dijo muy excitado, no era posible que un muerto resucitara! Era imposible que fuese un ser real. Por eso, decidió frecuentar de nuevo la sociedad. Necesitaba aclarar sus dudas. Pero cuando, noche tras noche, recorrió diversos salones, siempre con el nombre de Lord Ruthven en sus labios, nada consiguió. Una semana más tarde, acudió con su hermana a una fiesta en la mansión de unas nuevas amistades. Dejándola bajo la protección de la anfitriona, Aubrey retiróse a un rincón y allí dio rienda suelta a sus pensamientos. Cuando al fin vio que los invitados empezaban a marcharse, penetró en el salón y halló a su hermana rodeada de varios caballeros, al parecer conversando animadamente. El joven intentó abrirse paso para acudir junto a su hermana, cuando uno de los presentes, al volverse, le ofreció aquellas facciones que tanto aborrecía.

Aubrey dio un tremendo salto, tomó a su hermana del brazo y apresuradamente la arrastró hacia la calle. En la puerta encontró impedido el paso por la multitud de criados que aguardaban a sus respectivos amos. Mientras trataba de superar aquella barrera humana, volvió a su oído la conocida y fatídica voz:

-¡Acuérdate del juramento! No se atrevió a girar y, siempre arrastrando a su hermana, no tardó en llegar a casa. Aubrey empezó a dar señales de desequilibrio mental. Si antes su cerebro había estado sólo ocupado con un tema, ahora se hallaba totalmente absorto en él, teniendo ya la certidumbre de que el monstruo continuaba viviendo. No paraba ya mientes en su hermana, y fue inútil que ésta tratara de arrancarle la verdad de tan extraña conducta. Aubrey limitábase a proferir palabras casi incoherentes, que aún aterraban más a la muchacha. Cuando Aubrey más meditaba en ello, más transtornado estaba. Su juramento le abrumaba. ¿Debía permitir, pues, que aquel monstruo rondase por el mundo, en medio de tantos seres queridos, sin delatar sus intenciones? Su misma hermana había hablado con él. Pero, aunque quebrantase su juramento y revelase las verdaderas intenciones de Lord Ruthven, ¿quién le iba a creer? Pensó en servirse de su propia mano para desembarazar al mundo de tan cruel enemigo. Recordó, sin embargo, que la muerte no afectaba al monstruo.

Durante días permaneció en tal estado, encerrado en su habitación, sin ver a nadie, comiendo sólo cuando su hermana le apremiaba a ello, con lágrimas en los ojos. Al fin, no pudiendo soportar por más tiempo el silencio y la soledad salió de la casa para rondar de calle en calle, ansioso de descubrir la imagen de quien tanto le acosaba. Su aspecto distaba mucho de ser atildado, exponiendo sus ropas tanto al feroz sol de mediodía como a la humedad de la noche. Al fin, nadie pudo ya reconocer en él al antiguo Aubrey. Y si al principio regresaba todas las noches a su casa, pronto empezó a descansar allí donde la fatiga le vencía. Su hermana, angustiada por su salud, empleó a algunas personas para que le siguiesen, pero el joven supo distanciarlas, puesto que huía de un perseguidor más veloz que aquellas:
su propio pensamiento. Su conducta, no obstante, cambió de pronto. Sobresaltado ante la idea de que estaba abandonando a sus amigos, con un feroz enemigo entre ellos de cuya presencia no tenían el menor conocimiento, decidió entrar de nuevo en sociedad y vigilarle estrechamente, ansiando advertir, a pesar de su juramento, a todos aquellos a quienes Lord Ruthven demostrase cierta amistad. Mas al entrar en un salón, su aspecto miserable, su barba de varios días, resultaron tan sorprendentes, sus estremecimientos interiores tan visibles, que su hermana vióse al fin obligada a suplicarle que se abstuviese en bien de ambos a una sociedad que le afectaba de manera tan extraña. Cuando esta súplica resultó vana, los tutores creyeron su deber interponerse y, temiendo que el joven tuviera transtornado el cerebro, pensaron que había llegado el momento de recobrar ante él la autoridad delegada por sus difuntos padres. Deseoso de precaverle de las heridas mentales y de los sufrimientos físicos que padecía a diario en sus vagabundeos, e impedir que se expusiera a los ojos de sus amistades con las inequívocas señales de su trastorno, acudieron a un médico para que residiera en la mansión y cuidase de Aubrey.

Este apenas pareció darse cuenta de ello: tan completamente absorta estaba su mente en el otro asunto. Su incoherencia acabó por ser tan grande, que se vio confinado en su dormitorio. Allí pasaba los días tendido en la cama, incapaz de levantarse. Su rostro se tornó demacrado y sus pupilas adquirieron un brillo vidrioso; sólo mostraba cierto reconocimiento y afecto cuando entraba su hermana a visitarle. A veces se sobresaltaba, y tomándole las manos, con unas miradas que afligían intensamente a la joven, deseaba que el monstruo no la hubiese tocado ni rozado siquiera. -¡Oh, hermana querida, no le toques! ¡Si de veras me quieres, no te acerques a él! Sin embargo, cuando ella le preguntaba a quién se refería, Aubrey se limitaba a murmurar:

-¡Es verdad, es verdad! Y de nuevo se hundía en su abatimiento anterior, del que su hermana no lograba ya arrancarle. Esto duró muchos meses. Pero, gradualmente, en el transcurso de aquel año, sus incoherencias fueron menos frecuentes, y su cerebro se aclaró bastante, al tiempo que sus tutores observaban que varias veces diarias contaba con los dedos cierto número, y luego sonreía. Al llegar el último día del año, uno de los tutores entró en el dormitorio y empezó a conversar con el médico respecto a la melancolía del muchacho, precisamente cuando al día siguiente debía casarse su hermana. Instantáneamente, Aubrey mostróse alerta, y preguntó angustiosamente con quién iba a contraer matrimonio. Encantados de aquella demostración de cordura, de la que le creían privado, mencionaron el nombre del Conde de Marsden. Creyendo que se trataba del joven conde al que él había conocido en sociedad, Aubrey pareció complacido, y aún asombró más a sus oyentes al expresar su intención de asistir a la boda, y su deseo de ver cuanto antes a su hermana. Aunque ellos se negaron a este anhelo, su hermana no tardó en hallarse a su lado. Aubrey, al parecer, no fue capaz de verse afectado por el influjo de la encantadora sonrisa de la muchacha, puesto que la abrazó, la besó en las mejillas, bañadas en lágrimas por la propia joven al pensar que su hermano volvía a estar en el mundo de los cuerdos. Aubrey empezó a expresar su cálido afecto y a felicitarla por casarse con una persona tan distinguida, cuando de repente se fijó en un medallón que ella lucía sobre el pecho. Al abrirlo, cuál no sería su inmenso estupor al descubrir las facciones del monstruo que tanto y tan funestamente había influido en su existencia. En un paroxismo de furor, tomó el medallón y, arrojándolo al suelo, lo pisoteó. Cuando ella le preguntó por qué había destruído el retrato de su
futuro esposo, Aubrey la miró como sin comprender. Después, asiéndola de las manos, y mirándola con una frenética expresión de espanto, quiso obligarla a jurar que jamás se casaría con semejante monstruo, ya que él... No pudo continuar. Era como si su propia voz le recordase el juramento prestado, y al girarse en redondo, pensando que Lord Ruthven se hallaba detrás suyo, no vio a nadie. Mientras tanto, los tutores y el médico, que todo lo habían oído, pensando que la locura había vuelto a apoderarse de aquel pobre cerebro, entraron y le obligaron a separarse de su hermana. Aubrey cayó de rodillas ante ellos, suplicándoles que demorasen la boda un solo día. Mas ellos, atribuyendo tal petición a la locura que se imaginaban devoraba su mente, intentaron calmarle y le dejaron solo. Lord Ruthven visitó la mansión a la mañana siguiente de la fiesta, y le fue negada la entrada como a todo
el mundo. Cuando se enteró de la enfermedad de Aubrey, comprendió que era él la causa inmediata de la misma. Cuando se enteró de que el joven estaba loco, apenas si consiguió ocultar su júbilo ante aquellos que le ofrecieron esta información. Corrió a casa de su antiguo compañero de viaje, y con sus constantes cuidados y fingimiento del gran interés que sentía por su hermano y por su triste destino, gradualmente fue conquistando el corazón de la señorita Aubrey. ¿Quien podía resistirse a aquel poder? Lord Ruthven hablaba de los peligros que le habían rodeado siempre, del escaso cariño que había hallado en el mundo, excepto por parte de la joven con la que conversaba. ¡Ah, desde que la conocía, su existencia había empezado a parecer digna de algún valor, aunque sólo fuese por la atención que ella le prestaba! En fin, supo utilizar con tanto arte sus astutas mañas, o tal fue la voluntad del Destino, que Lord Ruthven conquistó el amor de la hermana de Aubrey.
Gracias al título de una rama de su familia, obtuvo una embajada importante, que le sirvió de excusa para apresurar la boda (pese al trastorno mental del hermano), de modo que la misma tendría lugar al día siguiente, antes de su partida para el continente. Aubrey, una vez lejos del médico y el tutor, trató de sobornar a los criados, pero en vano. Pidió pluma y papel, que le entregaron, y escribió una carta a su hermana, conjurándola -si en algo apreciaba su felicidad, su honor y el de quienes yacían en sus tumbas, que antaño la habían tenido en brazos como su esperanza y la esperanza del buen nombre familiar- a posponer sólo por unas horas aquel matrimonio, sobre el que vertía sus más terribles maldiciones. Los criados prometieron entregar la misiva, mas como se la dieron al médico, éste prefirió no alterar a la señorita Aubrey con lo que, consideraba, era solamente la manía de un demente.


Transcurrió la noche sin descanso para ninguno de los ocupantes de la casa. Y Aubrey percibió con horror los rumores de los preparativos para el casamiento. Vino la mañana, y a sus oídos llegó el ruido de los carruajes al ponerse en marcha. Aubrey se puso frenético. La curiosidad de los sirvientes superó, al fin, a su vigilancia. Y gradualmente se alejaron para ver partir a la novia, dejando a Aubrey al cuidado de una indefensa anciana. Aubrey se aprovechó de aquella oportunidad. Saltó fuera de la habitación y no tardó en presentarse en el salón donde todo el mundo se hallaba reunido, dispuesto para la marcha. Lord Ruthven fue el primero en divisarle, e inmediatamente se le acercó, asiéndolo del brazo con inusitada fuerza para sacarle de la estancia, trémulo de rabia. Una vez en la escalinata, le susurró al oído:

-Acuérdate del juramento y sabe que si hoy no es mi esposa, tu hermana quedará deshonrada. ¡Las mujeres son tan frágiles...! Así deciendo, le empujó hacia los criados, quienes, alertados ya por la anciana, le estaban buscando. Aubrey no pudo soportarlo más: al no hallar salida a su furor, se le rompió un vaso sanguíneo y tuvo que ser trasladado rápidamente a su cama. Tal suceso no le fue mencionado a la hermana, que no estaba presente cuando aconteció , pues el médico temía causarle cualquier agitación. La boda se celebró con toda solemnidad, y el novio y la novia abandonaron Londres. La debilidad de Aubrey fue en aumento, y la hemorragia de sangre produjo los síntomas de la muerte próxima. Deseaba que llamaran a los tutores de su hermana, y cuando éstos estuvieron presentes y sonaron las doce campanadas de la medianoche, instantes en que se cumplía el plazo impuesto a su silencio, relató apresuradamente cuanto había vivido y sufrido... y falleció inmediatamente después. Los tutores se apresuraron a proteger a la hermana de Aubrey, mas cuando llegaron ya era tarde. Lord Ruthven había desaparecido, y la
joven había saciado la sed de sangre de un vampiro.