Recorrió lentamente el pasillo, su cuerpo felino la llevaba con rapidez y sigilo a través de la casa. Oía ruidos, pisadas rápidas, nerviosas, descontroladas...
Supo que su víctima estaba cerca.
Sonrió relamiéndose los labios.
-No tienes porqué esconderte, te encontraré...-habló en voz alta, asegurándose de que él la oyese - Te daré una muerte rápida y dulce, no temas...
Se hizo el silencio.
Escuchó atentamente.
Las pisadas venían del piso de arriba.
La vampiresa se movió con una mirada llena de seguridad y odio.
Un tiempo atrás había sido humana. En su interior ya no quedaba nada de aquella frágil muchacha.
Ahora sólo quería sangre....
Vagó por el pasillo como lo hacía por la eternidad y subió lentamente las escaleras.
Lo hizo de tal manera que él se diese cuenta y escuchase los pasos.
Llegó al piso superior. Y al fin le vio. Estaba asustado. Hubiese jurado que lloraba.
Él intentó esconderse, huir... Pero los dos sabían que ya era demasiado tarde.
Se quedó quieto. Y ella se acercó y le rodeó, como el cazador que atrapa a su presa. Se agachó y le miró a los ojos, hechizándole.
El joven ya no tuvo miedo. Sólo cerró los ojos y esperó.
La vampiresa besó su cuello y volvió a mirarle.
-Ahora ya eres mío por la eternidad -le susurró acercando sus suaves labios de nuevo.
Hundió con lentitud sus colmillos en el cuello de su víctima y saboreó su sangre con placer. Ésta fluía con suavidad y embrujo.
Él murió con los ojos cerrados y una sonrisa.
Después de haber calmado su sed de sangre se levantó, apartándose del cuerpo sin vida.
Le observó atentamente, con un dejo de tristeza.
Empezó a caminar alejándose.
-Volverás a mi, lo sé....
Susurró antes de perderse de nuevo en la noche eterna.
No la mires. No dejes que te embruje con sus ojos mortales. Es algo prohibido que jamás podrás poseer. Pero ella te podrá poseer a ti sin dificultad. Solo es un Ser de la Noche, como tantos otros, que habita en la soledad de tu corazón....
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